La industria relojera suiza ha conquistado el mundo gracias a la alta calidad de sus productos. Tras una profunda crisis en los años 1970 y 1980, el sector vivió un nuevo auge y es hoy uno de los más brillantes de la economía suiza.
Industria relojera

En 2016, la relojería ocupó la tercera posición en la estadística de las exportaciones suizas, después de la industria maquinaria (31 mil mill.) y las industrias química y farmacéutica (94 mil mill.). En término de valores, Suiza es el principal país exportador de relojes del mundo, por delante de Hong-Kong y China. En 2015, el sector daba empleo en Suiza a unas 59.000 personas, generando el 1,5% del producto interior bruto.
Orígenes y desarrollo
Los orígenes de la relojería suiza se remontan a mediados del siglo XVI en Ginebra, cuando el reformador Juan Calvino prohibió el uso de las joyas. A resultas de ello, los orfebres y joyeros de la región empezaron a dedicarse a la relojería.
Gracias a una serie de innovaciones la industria relojera helvética consiguió posicionarse como líder mundial. El primer reloj de pulsera se fabricó en 1926. Más tarde se crearon otras innovaciones de alto nivel como por ejemplo el primero reloj de cuarzo o la primera pulsera resistente al agua.
En los años setenta y ochenta la rama relojera suiza entró en crisis por la competencia japonesa y la aparición de los relojes de pulsera eléctricos. Pero tras una fase de redimensionamiento se volvió a recuperar. Las exportaciones han aumentado de 4.300 millones de francos en 1986 a 21,5 mil millones en 2015. Sin embargo, en 2016 el valor total de los productos relojeros exportados se redujo un 9,9% a 19,4 mil millones de francos.
Los actores
En Suiza existen cerca de 700 firmas relojeras, la mayoría asentadas en Ginebra y en la cordillera del Jurá. Entre las empresas con más de mil empleados figuran el Grupo Swatch, Rolex Cartier, Omega y LVMH Swiss Manufactures SA.