Camaquito es una Organización No Gubernamental (ONG) que radica en el oriente de Cuba, principalmente Camagüey y Santiago de Cuba, que contribuye a la educación, la salud, el deporte y las artes de muy diversas formas. Ya sea con fondos a través de donaciones, proyectos de inclusión o preparación de profesionales para ejercer la pedagogía a niños y adolescentes. Su fundador, Mark Kuster, ha influido así en la vida de miles de niños, incluyendo a sus familiares y al entorno social.

Como continuación de nuestro trabajo con este proyecto, debido a la importancia de su aporte al pueblo cubano, especialmente en la niñez y adolescencia, y por su estrecho vínculo con la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), llegamos a Maikel Amelia, reconocida actriz y realizadora, que además reside en La Habana, para que nos hablara en primera persona sobre Camaquito, irrumpiendo su apretada agenda laboral.

COSUDE: ¿Cómo llegó usted a Camaquito?

MA: Llegué a través de mi colaboración con otro proyecto llamado Cuban Trail Team, un proyecto español con fuerte vínculo cubano, fundamentado en el hecho de hacer deporte con sentido y coherencia, con el propósito de apoyar y financiar la lucha contra el cáncer, razón por la cual decidí, de forma voluntaria, involucrarme. Son ellos quienes me ponen en contacto con Mark Kuster, fundador de Camaquito, quien estaba interesado en tener un Embajador cubano para un proyecto que, es bien sabido, justamente radica en Cuba. Era casi imprescindible. Yo comencé a investigar qué era Camaquito y, entre mi sensibilidad con los niños y mi interés en este tipo de ayuda solidaria y altruista, me sumé luego de entrevistarme con Kuster. Este proceso fue apenas hace un año, sería 2021. Hoy estoy muy orgullosa de trabajar directamente con ellos.

COSUDE: ¿Cuál es la función de la Embajadora de un proyecto como este?

MA: Básicamente difundir y darle visibilidad a las acciones que se van desarrollando. Al ser una Organización No Gubernamental, sin intereses económicos propiamente dichos, la comunicación debe ser muy austera. Camaquito no es aparatoso, pues parten del principio de que hay que ayudar pero no “escandalizar” sobre lo que se hace, planteamiento con el que concuerdo absolutamente. Por eso solo pretendían tener una Embajadora en Cuba. Mi recorrido con ellos aún es de poca data, si contamos el tiempo de confinamiento por la pandemia de COVID-19, sabrás que no he podido estar de manera presencial en casi nada, aunque sí hemos trabajado bastante en los subproyectos que radican en La Habana. Planes hay muchos, se irán sabiendo poco a poco.

COSUDE: Y en La Habana ¿qué se ha hecho?

MA: Hemos trabajado sobre todo en escuelas para niños con capacidades especiales, débiles visuales y sordos e hipoacúsicos. Sobre todo a la hora de convocar, por ejemplo, en brindar confiabilidad a los colaboradores voluntarios visualizando la influencia real de nuestro trabajo. También sigo muy de cerca el proyecto Suzuki para la enseñanza musical, que además, es el más fuertemente vinculado a COSUDE y para mí es especial porque involucra a toda la familia, algo que en mi opinión es vital, es la familia la célula fundamental de la sociedad, si esta funciona tendremos mejores ciudadanos, inculcando principios éticos y formando a un adulto funcional, asunto que se ha desatendido en gran parte y ha fomentado la fractura social llevada a nuestro contexto.

Pronto me trasladaré a Oriente para continuar con mis labores desde allá.

COSUDE: ¿Su trabajo de actriz influye de alguna manera en su labor con Camaquito?

MA: Voy a repetir algo que siempre digo: yo no soy influencer, soy sencillamente una actriz, realizadora también, pero sobre todo un ser humano. No busco, nunca lo hice, influir en la vida de las personas en dependencia de mis criterios personales. Ser Embajadora entonces ha fomentado en mí el sentimiento de satisfacción cuando sé que desde esa forma sí influyo en vidas ajenas, pero para bien, desde el más genuino sentimiento de solidaridad. Entonces, tal vez el hecho de ser conocida por una parte del público cubano genera cierta confianza, convoca al acercamiento a Camaquito, y ese tipo de asociación con mi profesión siempre será bienvenida y bien aprovechada.

Llegar a más personas siempre será nuestro objetivo principal.

COSUDE: Maikel Amelia, la persona, el hogar, los proyectos personales ¿qué puede decirme de esto?

MA: De los proyectos profesionales hablo poco, no me gusta crear expectativas sobre algo que puede enfrentarse a muchos obstáculos que puedan variar su resultado. La vieja creencia de no contar antes de tiempo para que se me dé. Pero podría hablarte, por ejemplo, de un paquete de entrevistas que estoy realizando, hoy precisamente hago una más, para presentarlo muy pronto en plataformas digitales.

En mi vida personal, pues disfruto de mi hija de 15 años, de la que debo decir estoy muy orgullosa porque es una versión mejorada de su padre y mía. Es muy sincera y muy sensible, muchas veces incluso es ella quien me aconseja. En fin, tratamos de educarla en un ambiente sano y creo que ese es el resultado. Como te decía hace un momento, la sociedad se nuclea desde el hogar.

COSUDE: Algunas palabras para concluir…

MA: Hay que abrirle las puertas a proyectos como Camaquito, la cooperación es palabra de orden. Algo muy lindo es ver como gran parte de los voluntarios son personas jubiladas, gente que ha decidido dedicar su tiempo y sus recursos a otros más necesitados, en especial si son niños, que en definitivas son no solo el futuro de una nación sino de toda la humanidad. En ellos hay que poner nuestro mayor esfuerzo. Para ello todos, en conjunto, somos Camaquito.

Agradecer, claro está a COSUDE por el interés, por la labor que realizan a favor del pueblo cubano, por la inmensa ayuda que nos brinda, por la entrevista y alentar que sigamos por el camino de la cooperación.