Obtener un trabajo y percibir un salario supone un gran problema para muchas personas sin empleo en las regiones rurales del sur y suroeste de Serbia. Esta situación se agudiza aún más en el caso de los jóvenes, afectados en más de un 50% en 2013. En el caso de las mujeres, las desigualdades son incluso más llamativas, comportando el 52% de los 750 000 desempleados registrados en 2013.
Para hacer frente a esta situación, el proyecto respalda a los sectores de la economía con un fuerte potencial de crecimiento. El turismo genera más de un empleo de cada 10 en el país. El resto de fuentes de ingresos importantes provienen de los productos tradicionales, principalmente alimentarios.
Desarrollar el turismo
El turismo nacional goza de gran importancia en Serbia, especialmente en lo que se refiere a los destinos de invierno del suroeste del país, donde los ingresos de numerosos empleados y empresas dependen del sector. El proyecto tiene como principal objetivo ayudar en la promoción de lugares y ofertar formación de personal de acuerdo con las necesidades del mercado laboral. Además, adapta las fechas de las vacaciones escolares a fin de atraer a las familias durante más tiempo y ampliar la temporada de invierno. Así pues, ha sido elaborada una propuesta de cambio pensando en las diferentes partes interesadas y en sus intereses, habiendo sido seguidamente presentada ante el Ministerio de Educación, a cargo de la aprobación del calendario escolar.
Esta modificación generó 636 nuevos empleos y provocó el aumento de salarios de los empleados en 1 773 191 CHF durante la temporada de invierno 2016. La afluencia de turistas adicionales ha beneficiado igualmente a las pymes, cuya ganancia extra se elevó para el mismo periodo a 1 225 000 CHF.
Mejorar los productos tradicionales
En lo que se refiere a los productos tradicionales, el proyecto se concentra principalmente en mejorar la calidad y desarrollar la producción de miel y de frambuesas, siendo la producción de estas últimas una cultura tradicional en el oeste del país a lo largo de 11 000 hectáreas. Sin embargo, el sistema fue puesto en peligro en las últimas décadas debido a tecnologías agrícolas obsoletas, a una cooperación insatisfactoria entre los pequeños productores y los compradores así como a los productores más mayores, los cuales se niegan a pasar el testigo a los jóvenes.
Arrancar un nuevo negocio resulta una empresa particularmente arriesgada. Los compradores aceptan negociar únicamente con los productores experimentados. Por otra parte, la producción de frambuesas requiere una destreza indispensable que permita evitar errores, a veces fatales, que pongan en peligro la longevidad de las culturas, siendo la falta de medios a menudo insalvable. Con el fin de facilitar los comienzos difíciles y crear empleo para los jóvenes, el proyecto persigue una colaboración más estrecha entre el comprador y el productor de tal forma que el primero provea los fondos y consejos al segundo mientras que este se beneficie de un mejor control de calidad sobre el producto.
El comienzo del proyecto resultó un verdadero éxito. 519 jóvenes desempleados, 142 de los cuales eran mujeres, obtuvieron huertos de frambuesas distribuidos a lo largo de 100 hectáreas. Una de las mujeres, que había participado en un grupo de asesoramiento, atestigua: «Estaba en paro. Nuestra familia nunca había cultivado anteriormente frambuesas. Estoy encantada de haber tenido esta oportunidad. El próximo año tengo la intención de doblar el número de plantaciones».