El Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida (ONUSIDA) tiene por objetivo impedir la propagación del VIH, mejorar la esperanza y la calidad de vida de los afectados, así como garantizar un enfoque global y coordinado en la lucha contra el VIH/sida. ONUSIDA constituye una de las principales fuentes de datos sobre el VIH/sida. El programa elabora estrategias basadas en dichos datos, para hallar el mejor modo de tratar la enfermedad y evitar contraerla.
Programa Conjunto sobre el VIH/sida − ONUSIDA
Las causas y consecuencias del VIH/sida se extienden más allá de los límites del sector sanitario, ya que abarcan áreas tales como la educación, el empleo, la alimentación, la legislación, la economía y muchas otras. Por consiguiente, ONUSIDA no solo se compromete dentro de la ONU, sino también fuera de esta, por un enfoque global que tome en cuenta todos los aspectos del VIH/sida a la hora de hacerle frente. En dicho contexto, ONUSIDA promueve un enfoque participativo y, en particular, hace hincapié en la importancia del compromiso de la sociedad civil en favor de la inclusión directa de las personas seropositivas. Por ello, forman parte de la Comisión Ejecutiva de ONUSIDA no solo los Estados miembros de la ONU, sino también representantes de la sociedad civil.
Gracias al apoyo que Suiza brinda a ONUSIDA es posible adoptar procedimientos coordinados y basados en constataciones científicas en la lucha contra el VIH/sida, sobre todo en países en desarrollo.
ONUSIDA aúna los recursos de su Secretaría con las amplias competencias y experiencia de los 11 organismos de la ONU que forman parte del programa ONUSIDA: UNICEF, PNUD, FNUP, ONU Mujeres, UNESCO, ACNUR, ONUDD, OIT, PMA, OMS y Banco Mundial. ONUSIDA reúne y coordina los esfuerzos desplegados por estas organizaciones a fin de poner coto a la epidemia de VIH/sida como riesgo para la salud pública hasta 2030.
Objetivos de ONUSIDA
ONUSIDA apuesta por el acceso universal a la prevención, al tratamiento, a cuidados y asistencia en relación con el VIH/sida. Se trata de impedir el avance de la enfermedad y revertir las actuales tendencias a la propagación del VIH, teniendo en cuenta los objetivos específicos de cada país.
Bajo el lema «El fin de la epidemia», ONUSIDA definió en su estrategia para 2016-2021 diferentes objetivos secundarios en tres orientaciones estratégicas:
- Prevención global
- Mejora de la asistencia médica
- Reducción de la estigmatización y la discriminación relacionadas con el VIH/sida, y promoción de los derechos humanos y la igualdad de género
Solo cuando estas medidas se adopten de forma coherente y se refuercen con firmeza, podrán impedirse nuevos contagios de VIH, prodigar cuidados de buena calidad a los enfermos de sida y reducir la mortalidad por sida. De otro modo, subsistirá el riesgo de una nueva propagación de la epidemia.
En 2017, ONUSIDA llevó a efecto una reforma que toma en consideración los esfuerzos de reforma del sistema de la ONU para el desarrollo y adoptó las siguientes medidas en tres áreas:
- Asignar personal y recursos financieros de manera aún más efectiva a cada una de las áreas donde existen necesidades específicas tanto globales como, sobre todo, locales.
- Asignar prioridad a las medidas a escala nacional, en vez de a las medidas globales, para reforzar la cooperación dentro del programa ONUSIDA y con otros actores.
- Garantizar una rendición de cuentas a la población aún más transparente, a fin de que las actividades y resultados alcanzados sean más comprensibles.
En los últimos años se han logrado avances importantes en la lucha contra el VIH/sida, si bien subsisten aún grandes disparidades regionales. El África subsahariana sigue siendo la región más afectada por el VIH/sida. Entre el máximo histórico de propagación en 1996 y el año 2017 se ha podido disminuir en un 47% el número de nuevos contagios de sida en todo el mundo, habiéndose registrado la mayor reducción en la infancia. En 2017 más de la mitad de las personas seropositivas pudieron realizar terapias.
Sin embargo, los desafíos no son menores. En 2017 vivían 37 millones de personas con el virus del sida en todo el mundo. El número de nuevos contagios cayó muy lentamente en los últimos años. En 2017 solamente 1,8 millones de personas se contagiaron de sida. Muchas de las personas seropositivas sin acceso a terapia ni siquiera saben que han contraído la enfermedad. A esto se suma la estigmatización y la discriminación vinculadas con el VIH/sida y las crecientes desigualdades en materia de acceso a información y a prestaciones.
Compromiso de Suiza
ONUSIDA tiene una orientación estratégica en consonancia con los objetivos de la política exterior de Suiza en materia de salud en las áreas de control de enfermedades contagiosas, promoción de la salud de mujeres y niños, así como de la salud sexual y reproductiva. En su calidad de organismo con sede en Ginebra, ONUSIDA contribuye además a la consolidación de esta ciudad como lugar de emplazamiento de numerosas organizaciones internacionales. De este modo, el Parlamento suizo designó a ONUSIDA como contraparte prioritaria de Suiza. Esta cooperación es parte del compromiso de Suiza en la lucha contra el VIH/sida, reconocido gracias a la pericia de Suiza en este campo.
En su diálogo con ONUSIDA, Suiza persigue tres objetivos principales:
- Reforzar el enfoque de ONUSIDA orientado a la prevención:
Suiza se compromete con un mayor fomento de la prevención como estrategia fundamental de ONUSIDA. Ejerce además su labor para que la prevención forme parte de un concepto global en materia de salud sexual y reproductiva.
- Atraer mayor interés de la juventud:
En el marco de la orientación estratégica de ONUSIDA expuesta anteriormente, la COSUDE concentra sus esfuerzos en particular en la prevención del contagio entre gente joven. Las mujeres jóvenes son las más afectadas por el contagio de VIH/sida. Los jóvenes son el único grupo de edad en el que se registra un aumento de la mortalidad por casos de sida, en especial entre hombres jóvenes. Una educación sexual adecuada contribuye enormemente a capacitar a la juventud para que tome decisiones vinculadas con su salud sexual y reproductiva y sepa protegerse. Por otro lado, es menester garantizar el acceso de grupos de población centrales, y en particular de los jóvenes, a la información, los servicios, cuidados y tratamientos.
- Atención básica integral:
Siempre que resulte posible y pertinente, deberían integrarse los servicios de lucha contra el VIH/sida en la oferta de atención sanitaria básica. Ejemplos concretos son la correlación sistemática de servicios en el área del VIH/sida y la tuberculosis, la inclusión del VIH en la salud y los derechos sexuales y reproductivos o la vinculación del VIH con otras enfermedades crónicas. Asimismo, es imperativo promover la interrelación entre los servicios brindados en centros de salud y la atención sanitaria comunitaria básica.
Desafíos
En particular, serán los países en desarrollo especialmente afectados por el sida los que dependerán aún por largo tiempo de la ayuda internacional. La financiación duradera de los programas contra el VIH/sida sigue siendo un gran reto. Se observa una tendencia a disminuir la financiación internacional para la lucha contra el VIH/sida. ONUSIDA brindará apoyo a los países para que puedan utilizar los recursos disponibles de manera eficaz y en función de las necesidades y prioridades locales, al tiempo que pondrá a disposición, allí donde sea posible, fondos propios para programas de lucha contra el VIH/sida.