La cultura en Suiza se caracteriza por su gran heterogeneidad, lo cual se debe a la influencia de las cuatro regiones lingüísticas del país. Desde la arquitectura y el arte hasta la danza y la literatura, la nación suiza representa con su cosmopolitismo un crisol de las culturas más diversas.
La creación cultural en Suiza
Productos de diseño suizos, como la navaja de bolsillo, conocida en todo el mundo, la letra de imprenta “Helvetica” o el reloj de pulsera de Swatch, se distinguen por su calidad, su precisión y su diseño intemporal. Suiza es un terreno fértil para la arquitectura, pues es cuna de arquitectos tan notorios como Le Corbusier, Mario Botta o Jacques Herzog y Pierre de Meuron. También los pintores y escultores suizos han contribuido a forjar el arte de sus respectivas épocas, siendo los más famosos Ferdinand Hodler, Paul Klee, Alberto Giacometti y Jean Tinguely.
El acervo literario de Suiza es rico en las cuatro lenguas nacionales. Entre los literatos más importantes destacan Max Frisch, Friedrich Dürrenmatt, Jean-Jacques Rousseau y Johanna Spyri. También la música es diversa: abarca desde la música folklórica y los grandes éxitos de la música popular, pasando por la música clásica, el jazz, el pop y el rock hasta la vibrante escena de músicas en dialecto. La danza, desde la modalidad clásica hasta lo más contemporáneo, está muy arraigada gracias a unas 300 compañías profesionales. Muy notable es la alta densidad de museos, que un 70% de la población suele visitar al menos una vez al año.
Las películas documentales dominan la producción cinematográfica helvética. Premios internacionales recibieron, entre otros, el documental “More than Honey” (Mucho más que miel) y el largometraje “Reise der Hoffnung” (Viaje de la esperanza). Suiza cuenta, además, con una larga y vigorosa tradición teatral, que con sus grandes teatros se proyecta sobre los países vecinos del mismo espacio lingüístico.
Diseño
Los productos de diseño suizos destacan por su funcionalidad, su precisión y fiabilidad, en combinación con una estética minimalista. De este modo, muebles, relojes, letras de imprenta e incluso objetos cotidianos se han convertido en iconos intemporales.
Uno de los clásicos del diseño suizo constituye la letra de imprenta “Helvetica”, desarrollada a mediados del siglo XX. Gracias a su buena legibilidad sigue aún hoy presente en carteles, cartas del menú y letreros de calle en todo el mundo. Otro clásico es el mondador “Rex”. Con este pelador fabricado con solo 20 gramos de aluminio se consiguen pelar con extrema rapidez patatas y verduras gracias a su diseño ergonómico y su cuchilla flexible y muy afilada. Desde que se inventó en el año 1947, se venden de este mondador cada año entre dos y tres millones de unidades, de las cuales un 60% va destinada a la exportación a 22 países. Otros iconos contemporáneos del diseño son el bolso de bandolera de la marca Freitag, fabricado de forma sostenible con lonas de camión, y las cápsulas Nespresso de Nestlé. Y algo que más bien sorprende es el hecho de que Suiza se haya convertido en uno de los países punteros en el ramo del diseño de videojuegos.
Suiza cuenta con tres escuelas de diseño de primera categoría en Ginebra, Lausana y Zúrich. El país alpino también alberga dos museos de diseño, el Museo de Diseño Contemporáneo y Artes Aplicadas (Mudac) de Lausana y el Museo de Diseño (Museum für Gestaltung) de Zúrich. Además, la Oficina Federal de Cultura otorga cada año tres grandes premios suizos del diseño junto a otra veintena de premios menores del diseño.
Swiss Style forever – la historia de una tradición del diseño gráfico, HouseofSwitzerland (en)
El saber hacer suizo en la industria del videojuego, HouseofSwitzerland (en)
Helvetica, la tipografía de los espacios modernos, swissinfo
Arquitectura
La arquitectura de la pequeña nación suiza se caracteriza por sus amplios registros, sus múltiples cualidades y su rico acervo cultural. Algunos de los arquitectos contemporáneos adquirieron fama mundial.
Charles Edouard Jeanneret, más conocido como Le Corbusier, consiguió fama mundial al convertirse en un pionero de la arquitectura moderna en torno al año 1920, época en la que surgieron las teorías del estilo Bauhaus. Sus construcciones más importantes son la sede de Naciones Unidas en Nueva York, la Ciudad Radiante (Cité Radieuse) en Marsella y casi la entera ciudad india de Chandigarh. La capital del Estado de Punyab, fundada en 1952, es una ciudad construida de la nada que se terminó de edificar todavía después de la muerte de Le Corbusier. El complejo gubernamental forma, junto con otras 16 obras de Le Corbusier, un conjunto que está inscrito en el patrimonio de la humanidad de la UNESCO.
En los últimos años, las obras de Mario Botta, Jacques Herzog, Pierre de Meuron, Peter Zumthor y Bernard Tschumi han llamado la atención del público. A Mario Botta, por ejemplo, se le considera el fundador de la “nueva arquitectura tesinesa” gracias a su predilección por el ladrillo y la piedra natural.
Los arquitectos Jacques Herzog y Pierre de Meuron dirigen uno de los estudios de arquitectura más renombrados del mundo contemporáneo. Diseñaron la Tate Modern en Londres, la Allianz-Arena en Múnich, la sede de Roche en Basilea y el Estadio olímpico de Pekín, que por su forma también es llamado “nido de pájaro”.
Seis arquitectos suizos que conquistaron el mundo, HouseofSwitzerland (en)
Pintura y escultura
Los pintores y escultores suizos han dejado sus huellas durante el Romanticismo, la época del estilo Bauhaus y en el arte surrealista. Entre los artistas más conocidos internacionalmente se encuentran los pintores Ferdinand Hodler y Paul Klee, y entre los escultores más famosos del mundo destacan Alberto Giacometti y Jean Tinguely.
Durante los siglos XVIII y XIX ocuparon un lugar destacado en la pintura los paisajes y el Romanticismo. En la época finisecular del siglo XIX al XX, comenzó el tránsito hacia el Modernismo artístico. Los pintores suizos más conocidos de ese período fueron Albert Anker, Arnold Böcklin y Ferdinand Hodler. A finales de la Primera Guerra Mundial se fundó el movimiento vanguardista del dadaísmo, del que formaba parte el matrimonio Hans Arp y Sophie Taeuber-Arp. El dadaísmo es considerado un movimiento precursor del estilo Bauhaus, y se ve reflejado en la obra de Paul Klee, un icono del arte europeo moderno.
A mediados del siglo XX se desarrollaron el arte concreto y corrientes estilísticas abstractas, surrealistas e hiperrealistas con artistas como Max Bill, Franz Gertsch, Meret Oppenheim y el litógrafo Hans Erni. Este último es autor de la pintura mural “Ta Panta Rei” en el vestíbulo del Palacio de las Naciones de Ginebra, entre otras obras, y recibió la Medalla de la ONU por la Paz. En ese período también eran activos escultores y escultoras como Jean Tinguely, con sus máquinas cinéticas fabricadas de piezas de metal, su esposa Niki de Saint Phalle, con sus voluptuosas y gigantescas figuras de mujeres, así como Alberto Giacometti, con sus alargadas figuras humanas de bronce. Las obras de Alberto Giacometti son las más famosas y también las más valiosas: nada menos que tres de sus figuras consiguieron los precios más altos jamás pagados en una subasta pública por unas obras escultóricas. Además, dos de sus obras pictóricas lograron los más elevados precios jamás desembolsados por cuadros de un artista suizo.
A finales del siglo XX emergió en Suiza una nueva generación de artistas, en la que destacan nombres como John Armleder, Roman Signer, Pipilotti Rist, Thomas Hirschhorn y Ugo Rondinone. Trabajan sobre todo con vídeos, el collage y el arte de objetos e instalaciones. En un género artístico especial despuntó el artista grisón H.R. Giger. Creó figuras góticas y monstruos extraterrestres, que aparecen en la película “Alien” y por los que recibió un Oscar en 2014.
En muchas ciudades suizas hay escuelas de arte. Las más grandes y prestigiosas son las escuelas superiores de bellas artes de Basilea, Ginebra, Lausana, Lucerna y Zúrich.
Un viaje por Suiza a través de 20 obras de arte, HouseofSwitzerland (en)
La escena artística de ayer y hoy, MySwitzerland
Siete obras suizas que han marcado la Historia del arte, HouseofSwitzerland (en)
Literatura
En Suiza no existe una, sino cuatro tradiciones literarias, pues es patria de autores y autoras que escriben en alemán, francés, italiano y romanche. Entre los literatos suizos más notables destacan Max Frisch, Friedrich Dürrenmatt, Jean-Jacques Rousseau y Johanna Spyri.
Los autores más célebres de la literatura clásica suiza en lengua alemana son Max Frisch, con su obra maestra “Homo Faber”, y Friedrich Dürrenmatt, con “La visita de la vieja dama”. Las obras de Dürrenmatt siguen leyéndose y representando en películas y escenarios de teatros y musicales de Broadway en todo el mundo, con versiones adaptadas incluso para historietas chinas.
La novela “Heidi” es uno de los libros infantiles más populares de todos los tiempos. Escrita en 1880 por Johanna Spyri, se ha traducido a más de 50 idiomas, y cuenta hoy con ventas millonarias y numerosas adaptaciones a la pantalla. En tiempos más recientes también tuvo éxito internacional otra obra de literatura infantil. Se trata de la serie de libros infantiles “El pez arco iris” de Marcus Pfister, que se ha traducido ya a 50 idiomas. Hasta hoy se han vendido más de 30 millones de ejemplares de esta obra, que cuenta, además, con adaptaciones para el cine. Por otro lado, entre los escritores y escritoras contemporáneos suizos de expresión alemana hay que mencionar a Peter Bichsel, Eveline Hasler, Franz Hohler, Martin Suter y Urs Widmer; y entre los autores de las nuevas generaciones despuntan nombres como Lukas Bärfuss, Thomas Hürlimann, Melinda Nadj-Abonji y Peter Stamm.
En francés publicó el filósofo ilustrado Jean-Jacques Rousseau obras tan eminentes como “Del contrato social” (siglo XVIII). Y a principios del siglo XIX se editaron obras de autores como Charles Ferdinand Ramuz, que en su novela “El gran miedo en la montaña” narra la áspera vida en la Romandía rural. En el siglo XX vieron la luz obras de novelistas como S. Corinna Bille, Maurice Borgeaud, Maurice Chappaz, Jacques Chessex, Agota Kristof o Alice Rivaz. Y entre los autores de éxito de las nuevas generaciones hay que mencionar, por ejemplo, a Joël Dicker, cuya novela “La verdad sobre el caso Harry Quebert” se llevó a la pantalla en 2018 para una serie de televisión producida en Estados Unidos.
En la literatura de la Suiza italiana destacan escritores como Piero Bianconi, Ugo Canonica, Francesco Chiesa o Giorgio Orelli. Los autores más relevantes de la región retorrománica del cantón de los Grisones son Clo Duri Bezzola, Cla Biert, Selina Chönz y Gion Deplazes, junto con el cantautor Linard Bardill.
La Oficina Federal de Cultura otorga cada año dos grandes premios suizos de la literatura y entre cinco y siete premios literarios menores. Las Jornadas Literarias de Soleura se celebran cada año en junio y sirven como plataforma para la creación literaria helvética.
Escena literaria en Suiza, MySwitzerland
Friedrich Dürrenmatt, del Emmental al Broadway, HouseofSwitzerland (en)
Cine
La producción cinematográfica suiza destaca a escala internacional en primer lugar por sus películas documentales. Premios internacionales recibieron, entre otros, el documental “More than Honey” (Mucho más que miel) y el largometraje “Reise der Hoffnung” (Viaje de la esperanza). En Suiza tuvieron mucho éxito en los últimos años películas como “Heidi”, “Mein Name ist Eugen” (Mi nombre es Eugenio) o “Sister”. Entre los cineastas de mayor éxito internacional destacan el guionista y productor Arthur Cohn, que ganó varios Oscar, recibiendo incluso una estrella en el “Paseo de la fama de Hollywood”, así como el director Marc Foster, director de “Quantum of Solace”, una entrega de la saga de espías James Bond.
Una característica típica del cine suizo es su enfoque muy descriptivo y su visión muchas veces crítica de la vida en Suiza. La cinematografía del siglo XX se puede dividir en cuatro etapas principales: las películas mudas de la Suiza germanoparlante (1915-1919), las películas mudas de la Suiza francófona (1919-1924), los clásicos de la época de entreguerras y de la posguerra (1930-1964), así como el cine contemporáneo (desde 1964). En los años 1960 se desarrolló una nueva estética cinematográfica más centrada en la realidad. Este movimiento fue encabezado por los cineastas francófonos Claude Goretta, Michel Soutter y Alain Tanner.
Una serie de largometrajes merecieron la atención del público internacional, como por ejemplo “Les petites fugues” (Las pequeñas fugas) de Yves Yersin (1979), “Die Schweizermacher” (Hacedores de suizos) de Rolf Lyssy (1978) y “Höhenfeuer” (Hogueras alpinas) de Fredi M. Murer (1985). El filme Viaje de la esperanza de Xavier Koller fue galardonado en 1991 con un Oscar a la mejor película extranjera. Y en la sección de películas documentales recibió una nominación a los Oscar “War Photographer” (Fotógrafo de guerra, 2002) de Christian Frei. Además, Markus Imhoof recibió galardones en varios países por Mucho más que miel (2012), cinta que fue premiada también como mejor documental suizo de todos los tiempos.
La película suiza más taquillera a escala nacional sigue siendo, con diferencia, Hacedores de suizos del año 1978. Se trata de una sátira a la praxis suiza de la naturalización de extranjeros, un procedimiento en el que los solicitantes de la carta de naturaleza tienen que mostrarse ante las autoridades más suizos que los propios suizos. También captaron la atención del público internacional cineastas como Jean-Stéphane Bron, con sus largometrajes “Mais im Bundeshuus” (El genio helvético, 2003) y “L’Experience Blocher” (La experiencia Blocher, 2013), Ursula Maier, con sus filmes “Home” (2008) y “Sister” (2012), y, una vez más, Xavier Koller, con su película “Die Schwarzen Brüder” (Los hermanos negros, 2013). La nueva adaptación cinematográfica del clásico libro infantil “Heidi” (2015) por Alain Gsponer se ha convertido en uno de los largometrajes suizos de mayor éxito nacional e internacional.
El cine suizo recibe subvenciones del sector público (Confederación y cantones), de la Sociedad Suiza de Radiodifusión y Televisión SRG-SSR, de fundaciones, empresas y patrocinadores privados. La organización Swiss Films es la agencia encargada de la promoción del cine suizo y de su distribución internacional. Desde el año 1998, la Confederación otorga cada año el Premio del Cine Suizo. En Suiza se celebran, además, varios festivales de cine. Los más importantes son los de Locarno, Neucastel, Nyon, Soleura y Zúrich.
Swiss Films (en)
Una breve (y apasionante) historia del cine suizo, HouseofSwitzerland (en)
Música
La escena musical suiza es extremadamente diversa. La música cantada abarca las cuatro lenguas nacionales, además del inglés y del dialecto. Los estilos musicales modernos gozan de mucha popularidad en toda Suiza, mientras que la música folklórica encuentra sus adeptos sobre todo en las regiones rurales.
Música folklórica y popular
El yodel o canto tirolés, pero también instrumentos como la trompa alpina, el pequeño acordeón de Schwyz (Schwyzerörgeli) o el clavicémbalo, forman parte de la música folklórica tradicional de Suiza. Incontables grupos, orquestas de instrumentos de viento, coros y formaciones de danza y música folklórica (ländler) siguen cuidando la música folklórica en todas las regiones de Suiza y actúan con frecuencia en fiestas populares tanto en Suiza como en los países vecinos. El evento más grande en Suiza es la Fiesta federal de la música folklórica, que se celebra cada cuatro años con decenas de miles de participantes. Una modalidad moderna de la música popular son las canciones populares de moda o Schlager, que hoy se incluyen en el género pop. Beatrice Egli, Francine Jordi o Leonard son algunas de las estrellas más célebres de este género musical que también se conocen fuera de Suiza.
Música clásica y ópera
Casi todas las grandes ciudades suizas tienen sus orquestas de música clásica. Las orquestas más prestigiosas en la actualidad son la Orquesta de la Sala de Conciertos o Tonhalle de Zúrich y la Orquesta de la Suiza Romanda en Ginebra. Esta última contribuyó a la popularización de la cultura musical moderna en Suiza cuando estaba bajo la dirección de su fundador, el compositor y director de orquesta Ernest Ansermet. Otros compositores y directores de orquesta suizos de fama internacional fueron Othmar Schoeck, Frank Martin o Arthur Honegger, cuyo retrato lucía en su día en los billetes de 20 francos. Por otro lado, muchas ciudades suizas tienen sus propios escenarios de ópera, entre las que destacan las de Ginebra y Zúrich por su fama que trasciende las fronteras nacionales. Además, cada año tienen lugar varios festivales de música clásica en todas las regiones lingüísticas del país.
Rock, pop, jazz, música electrónica, hip-hop
Algunos artistas suizos fueron determinantes para su género musical, como por ejemplo Yello, un dúo zuriquense vanguardista de la música electrónica, el polifacético George Gruntz (1932-2013), un destacado representante del jazz europeo, o Sens Unik, un grupo pionero del hip-hop francófono. Entre los músicos y grupos de mayor éxito en las últimas décadas destacan, entre otros, el artista de música del mundo y ganador de un Grammy Andreas Vollenweider, las bandas de rock duro Krokus y Gotthard, los cantautores Stephan Eicher y Michael von der Heide, la estrella del Eurodance DJ Bobo, DJ Antoine, el rapero Stress y el jazzista Erik Truffaz. Entre los representantes de las nuevas generaciones con éxito internacional habría que incluir a Bastian Baker, Luca Hänni, Stefanie Heinzmann, Sophie Hunger, Ilira y Anna Rossinelli. Otro grupo de fama internacional, aunque no tan conocido en Suiza, es la banda Eluveitie, que canta en la lengua celta y toca el folk metálico también con instrumentos históricos.
Entre los éxitos mundiales de Suiza que se siguen escuchando aún hoy, habría que incluir “The Captain of Her Heart” de Double, “On My Way In L.A.” de Phil Carmen y el festivo “Ententanz” de Werner Thomas.
Finalmente, cada año se galardonan en el mes de marzo en los Swiss Music Awards a los músicos y músicas más exitosos.
Escena musical suiza, MySwitzerland
Cinco bandas que marcaron el rock suizo, HouseofSwitzerland (en)
La música electrónica suiza en seis capítulos, HouseofSwitzerland (en)
Danza
La escena suiza de la danza clásica y contemporánea se caracteriza por su gran diversidad.
La danza como expresión artística echó raíces en Suiza con la introducción del ballet clásico, en particular gracias a los numerosos bailarines y coreógrafos que se establecieron en Suiza durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Al mismo tiempo empezó a extenderse la danza de expresión corporal, que a principios del siglo XX practicaron algunos evadidos de la sociedad en el monte Verità. Hoy, la escena de la danza suiza incorpora influencias de todo el mundo.
En la actualidad existen en Suiza alrededor de 300 compañías profesionales de la danza, siendo seis de ellas conjuntos institucionales vinculados a teatros. Las cuatro compañías de ballet clásico tienen sus sedes en Basilea, Ginebra, Lausana y Zúrich. Reconocimiento internacional obtuvieron las obras del Ballet de Zúrich, del Béjart Ballet de Lausana, de la compañía Philippe Saire y de los coreógrafos Heinz Spoerli y Gilles Jobin y de la artista Maria Ribot.
En Suiza existen varios festivales de la danza, como el festival de la danza “Steps”, con giras de compañías nacionales e internacionales, o las Jornadas Suizas de la Danza (Swiss Dance Days), con sedes itinerantes. Con periodicidad anual se celebran el Festival de la Danza de Berna y las Jornadas de la Danza de Olten, así como el festival multidisciplinario de La Bâtie en Ginebra, el Espectáculo Teatral de Zúrich o el Festival Teatral de Basilea. La Fiesta de la Danza es un acontecimiento especial que se celebra simultáneamente en aproximadamente 30 lugares distintos en toda la geografía del país. Su programa incluye cursos, representaciones públicas y fiestas de la danza, con lo cual se ofrece a los profesionales de la danza un intercambio cultural enriquecedor y al público general un acceso participativo a las múltiples facetas de la danza.
Con el Premio de Lausana, fundado en 1973, se galardona cada año a los jóvenes talentos de la danza más prometedores del mundo. Se conceden becas de estudios en prestigiosas compañías, que en el pasado ya han servido a muchas estrellas de la danza como trampolín para lanzar sus carreras. Desde el año 2021, la Oficina Federal de Cultura otorga cada año en la categoría de las artes escénicas varios premios de la danza. Y cada año empiezan alrededor de 60 aprendices su formación básica de cuatro años como bailarina o bailarín con certificado federal de capacitación en la especialidad de la danza clásica, la danza contemporánea o el musical.
La danza en Suiza, MySwitzerland
Asociación profesional suiza de la danza, DanceSuisse (en)
Premio de Lausana (en)
Museos
Suiza es uno de los países con mayor densidad de museos del mundo. El país alpino cuenta con más de mil museos de todo tipo, de los cuales un tercio son museos comarcales y locales. Un 70% de la población residente visita al menos una vez al año un museo, con lo que las entradas superan el taquillaje anual de los cines. Los museos de arte registran el mayor número de visitas, seguidos de los museos históricos.
Cada ciudad grande cuenta con importantes colecciones de arte, especialmente Basilea. La ciudad a orillas del Rin es sede de la galería de arte contemporáneo Kunsthalle, del Museo de Arte Clásico y de colecciones privadas como la Fundación Beyeler o el Museo Tinguely. La Casa de Arte o Kunsthaus de Zúrich, el Museo de Arte e Historia de Ginebra y el Museo de Arte de Berna poseen obras maestras de la pintura de los siglos XVI al XXI. Además, Berna es sede del Centro Paul Klee, alojado en un edificio futurista diseñado por el arquitecto Renzo Piano.
Entre los museos más visitados y populares de Suiza se encuentran el Museo Suizo de los Transportes en Lucerna, la Casa o Maison Cailler en Broc, un museo del chocolate, y el castillo Chillon en Montreux. Esta tendencia para establecer un museo propio destinado a la degustación y a cursos para fundir chocolate la han seguido cada vez más fabricantes de chocolate en las últimas décadas. El museo más grande de esta clase es la Casa del Chocolate Lindth en Kilchberg, que posee una fuente de chocolate de nueve metros de altura.
Un lugar único en el panorama museal suizo ocupa el Museo al Aire Libre de Ballenberg en Brienz, donde se construyeron más de cien casas de labranza tradicionales de todas las regiones del país. Este museo ofrece a los visitantes la posibilidad de asistir a demostraciones artesanales que recrean la vida campesina de los siglos pasados.
El museo de relojería más grande del mundo es el Museo Internacional de la Relojería de La Chaux-de-Fonds. Con la exposición de relojes de marcas famosas, pero también con sus objetos históricos, desde el reloj solar hasta el atómico, ofrece una visión de conjunto sobre la historia de la cronometría.
El Museo Nacional Suizo cuenta con tres sedes de exposición: el Museo Nacional de Zúrich, el castillo de Prangins (cantón de Vaud) y el Foro de la Historia Suiza en Schwyz. Los centros expositivos conservan objetos históricos de todas las épocas y de todas las regiones del país.
La plataforma de los museos en Suiza, Museums.ch (en)
Museo Nacional Suizo (en)
Teatro
Los teatros en Suiza cuentan con una larga y rica tradición en todas las regiones lingüísticas del país. Sus representaciones se proyectan también en los países vecinos del mismo espacio lingüístico. Algunos grandes teatros suizos gozan de una reputación que va mucho más allá de las fronteras nacionales. Deben su fama, en primer lugar, a dramaturgos como Friedrich Dürrenmatt y Max Frisch, que han dejado una impronta imborrable en el teatro contemporáneo. A la heterogeneidad del teatro suizo contribuyen, además de los teatros municipales tradiciones, una escena independiente importante y los numerosos teatros populares y de aficionados.
Los principales teatros en la Suiza alemánica constituyen el Teatro de la Ópera y el Teatro o Schauspielhaus de Zúrich, así como los teatros municipales de Basilea, Berna, Lucerna, San Galo y el Teatro de actuaciones extraordinarias o Gastspieltheater de Winterthur. En la Suiza francófona destacan el Gran Teatro y la Nueva Comedia en Ginebra y el Teatro de Carouge y de Vidy en Lausana. En el Tesino ganaron reputación el teatro y la academia del famoso clown Dimitri. Por otro lado, se celebran en verano distintos festivales de teatro como el Espectáculo Teatral en Zúrich, el Festival Teatral en Basilea, el Festival Internacional del Baluarte o Béluard en Friburgo y el festival de La Bâtie en Ginebra. Finalmente, se celebra cada año en otro lugar el Encuentro del Teatro Suizo, una plataforma que ofrece sus escenarios a siete producciones teatrales y cuyo programa marco sirve como punto de encuentro a los representantes de la escena nacional.
El teatro de máscaras Mummenschanz se hizo famoso internacionalmente gracias a su característico estilo de pantomima, lo cual le permitió actuar durante tres temporadas como conjunto invitado en el Broadway, entre otros escenarios.
Entre los directores de teatro actualmente más influyentes de la Suiza alemana destaca Christoph Marthaler, ganador del prestigioso premio internacional Ibsen y del anillo Hans Reinhart en 2011. Otros directores y directoras contemporáneos de renombre internacional son Robert Bouvier y Omar Porras, de la Suiza francófona, Barbara Frey, Milo Rau y Jossi Wieler, de la Suiza germanoparlante, y Daniele Finzi Pasca, del Tesino.
Desde el año 2021, la Oficina Federal de Cultura concede cada año en la categoría de las artes escénicas diversos premios suizos del teatro.
Teatro popular
En cuanto al teatro popular, se escenifican año tras año en Altdorf e Interlaken algunas obras de teatro del siglo XIX, como los “Tellspiele” (Juegos de Tell). Además, en el imponente patio interior del monasterio de Einsiedeln se representa, en ciclos de cinco a diez años, la obra barroca “El gran teatro del mundo” de Calderón de la Barca. Y el Teatro de Jorat continúa escenificando aún hoy su repertorio del teatro popular en el histórico escenario de madera de Mézières.