El objetivo de la política energética suiza consiste en garantizar el suministro nacional de energía y reducir la dependencia de las energías fósiles importadas. Al mismo tiempo se pretende reducir las emisiones de CO2 y alcanzar los objetivos climáticos del Acuerdo de París. Se han adoptado medidas para reducir el consumo de energía, aumentar la eficiencia energética, fomentar las energías renovables y renunciar a las centrales nucleares.
Política energética
En Suiza existen solo pocos recursos energéticos naturales, razón por la cual el país alpino tiene que importar el 70 % de la energía que consume, siendo el petróleo, pero también el gas natural, el carbón y los combustibles nucleares, las principales fuentes energéticas importadas. Si bien es cierto que pese al crecimiento demográfico el consumo energético en Suiza se ha reducido ligeramente en los últimos diez años, sigue siendo a día de hoy cinco veces mayor que en 1950. El principal consumidor de energía es el transporte con más de un tercio del consumo nacional, seguido de los hogares privados.
La política energética suiza persigue el objetivo de garantizar un suministro seguro con energía económica y sostenible. Las bases legales para esta política conforman el respectivo artículo constitucional del año 1990, la Ley sobre energía aprobada en 1998 y algunos artículos de ley específicamente relacionados con la energía que se han ampliado.
Como consecuencia de la catástrofe nuclear de Fukushima en el año 2011, se está llevando a cabo una transición energética en Suiza bajo el lema de Estrategia Energética 2050. Esta estrategia se sustenta sobre tres pilares: el aumento de la eficiencia energética de edificios, máquinas y medios de transporte, el incremento proporcional de las energías renovables y el abandono gradual de la energía nuclear.
Para conseguir los objetivos de la política energética suiza, se ha puesto en marcha ya en 2001 el programa “EnergíaSuiza”, cuyo principal instrumento constituye el portal web suisseenergie.ch que ofrece información amplia a la población y a la industria para gestionar la transición a las energías renovables y para ahorrar energía y aumentar la eficiencia energética. El programa incluye también incentivos financieros como subvenciones y beneficios fiscales.
Suiza también ha emprendido medidas en el ámbito de la investigación y la innovación del sector energético, entre las que destaca, por ejemplo, la institución y gestión de ocho Polos Suizos de Competencia para la Investigación en el Sector Energético (SCCER, por sus siglas en inglés).
Las bases legales de la política energética suiza se van complementando continuamente, como ha ocurrido, por ejemplo, con la Ley sobre el CO2, la Ley sobre la energía nuclear y la Ley sobre el suministro eléctrico. Desde el año 2008, por ejemplo, se gravan los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y carbón) con una tasa sobre el CO2. Y en 2021 se aprobaron leyes para fomentar el aprovechamiento de las energías renovables nacionales con el objetivo de afianzar la seguridad de abastecimiento en Suiza, sobre todo en invierno.